La falta de esta vitamina es en general la causante de la anemia, dobla las posibilidades de tener un ataque cardíaco, genera defectos en el sistema nervioso, produce distrofia muscular, provoca una mala absorción de las grasas, y hasta puede causar abortos, por lo que su carencia resulta bastante grave.
Dentro de sus acciones positivas se cuenta su colaboración en la respiración celular, en el metabolismo del ácido nucleico, en la economía de la vitamina A, y por ser antioxidante resulta útil para combatir el envejecimiento de la piel.
Pero, además la vitamina E tiene efectos maravillosos en cuanto a sexualidad se refiere, pues aumenta la capacidad germinativa tanto del hombre como de la mujer. Con referencia al embarazo, es un nutriente importantísimo para el desarrollo correcto del niño.
Claro que la idea no es comer más grasas. Por suerte, la vitamina E la encontramos en muchos alimentos, cremas, pastillas y ampollas. Dentro los alimentos que sirven de fuente para la vitamina E, que es lo que nos interesa en este artículo propiamente, hay una gran variedad. Todo el grupo de granos, como el arroz; las grasas vegetales como la de girasol y la mantequilla de maní; las semillas de girasol, los vegetales de hoja verde como el brócoli, las legumbres en general, los tubérculos como el camote, y las frutas secas como las nueces y las almendras contienen esta maravillosa vitamina. Además, la encontramos en algunos mariscos, en especial los camarones.
El Centro para la Prevención y Control de las Enfermedades hizo un estudio donde se demostró que un gran porcentaje de hombres y mujeres han eliminado casi por completo la grasa de su dieta, lo que conlleva una deficiencia importantísima en la Vitamina E. Tan serio es el asunto, que entre el 28% y el 29% de los que formaron parte del estudio estaban en peligro de tener un ataque cardíaco o problemas del corazón debido a la ausencia de Vitamina E en su organismo. Claro, esto es producto de todas esas tendencias que nos obligan a adelgazar y que incluso nos han hecho creer que la grasa es nociva siempre. Como podemos ver, nada más lejano de la verdad, todo es cuestión de equilibrio: Los extremos nunca son buenos.
Se ha calculado que la dosis diaria de Vitamina E, para no tener deficiencias y recibir todos los beneficios que genera en nuestro cuerpo, es por ejemplo una porción de brócoli o 30 mg. de una tortita de este mismo vegetal. Si prefieres no consumir estos alimentos, pues no te gustan o sientes que te van a engordar, puedes optar por tomar suplementos de Vitamina E. En este caso, la dosis diaria debe ser como mínimo 100 unidades internacionales (UI) y como máximo 400 UI, si eres una persona sana; pero si tienes problemas cardíacos entonces debes ingerir de 400 a 800 UI al día (siempre es necesario consultar a su médico).
La importancia de la Vitamina E, abarca todas las áreas de la salud, e incluso alcanza a la belleza, por lo que decídete a incorporarla dentro de tu menú diario, ya sea con los alimentos que te mencionamos u optando por los suplementos. ¿Por qué poner en riesgo tu salud y la de tu familia, si todo depende de una alimentación balanceada?
A saber, la vitamina E es, ante todo, antioxidante. Esto hace que retrase el envejecimiento de las células de la piel y, además, combate los radicales libres que actúan sobre el deterioro. Es tambien protectora contra los peligros del medioambiente (contaminación, etc) y los rayos solares, además de tener una acción regenerativa sobre el cutis.
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